“Me gustan los espacios que tienen doble uso”-dice la arquitecta Kristy McAuliffe, de Sacramento-, y su tablero cuadrado de Scrabble de 1 metro y medio de lado, se considera, como mínimo, con un puntaje de palabra doble, en la escala de juegos de jardín con inventiva.
Con la ayuda de su amigo Keith Rogers, McAuliffe hizo un marco de madera. Luego vertió cemento (concreto) y marcó en su interior cuadrados de aprox. 10 centímetros. Después que el concreto fraguó por un mes, coloreó los cuadrados usando tintas al agua. Luego McAuliffe hizo 100 fichas para letras con la madera de base que le sobró. Consiguió en un local vinílico pre-cortado con letras y números, con el reverso adhesivo, los pegó sobre las fichas y los selló con barniz en spray.
Las livianas fichas se guardan en bolsas de tela, se colocan sobre atriles de metal, fabricados por la amiga de McAuliffe, la artista en metal Crystal Weber.
Los
juegos se practican hasta tarde en las noches de verano.
"Se obtienen mejores palabras jugando afuera" confiesa
McAuliffe.